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Содержание


El día de ayuno, víspera es de disanto
1. El concepto de la expresión sintomática.
2. La manifestación de la cólera.
3. El léxico sintomático que describe la manifestación de la cólera en la lengua española.
Su fisonomía expresaba ... la saña más terrible
En sus hermosos ojos brilló un rayo de aquella cólera
La voz humana también puede ser un localizador de la cólera: Su voz tenía resonancias de ira contenida
Estaba roja de indignación
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Meseguer L.*

(Academia Valenciana de la Lengua, Universidad Jaume I, España)

Aspectos de la diversidad discursiva y los géneros literarios
valencianos en contexto multilingüe


Разнообразие дискурсов и литературные жанры Валенсии
в контексте многоязычия


En las sociedades del sur de Europa como la valenciana –y, más en general, en las culturas hispánicas-, la lengua y la literatura contemporáneas han expresado sociedades abiertas y multilingües donde conviven diversos sistemas culturales, y donde la discursividad de los lenguajes creativos es a la vez productora y receptora de resultados y de tensiones evidentes entre la tradición y la modernidad, entre el localismo y el internacionalismo, entre el cultismo y el popularismo. Así, se han destacado fenómenos como la generalización de la educación pública, la democratización y la proliferación de los medios de comunicación, el impulso de la presencia cultural de colectivos anteriormente postergados (como las mujeres, o más recientemente, los emigrantes) o de valores emergentes (como el ecologismo, el pacifismo) en un mercado artístico y cultural marcado por la diversificación del mercado y del consumo y las nuevas tecnologías.

En términos concretos, el conocimiento de la cultura lingüística y literaria del País Valenciano en su contexto hispánico, románico y europeo, debe atender su creatividad basada en una tradición creativa local y mediatizada per la situación de diglosia lingüística. En esta exposición, se ejemplificará aquella creatividad a través de muestras textuales de diversos géneros: la poesía y la creación verbomusical, la narrativa y la creación espectacular.

Mikaelyan Yu.*

(Universidad MGIMO, Rusia)

El carnaval español: de la fiesta a la palabra

Испанский карнавал: культурологические факты
и их лингвистическое выражение


Las fiestas europeas del tipo carnavalesco aparecen aún en la época antigua. Desde los tiempos más remotos las fiestas desempeñaban un papel fundamental en la vida de la sociedad arcaica, pues tenían varias funciones sociales: primero, servían para la organización y la cuenta del tiempo (ya que todas las fiestas tienen lugar en ciertos días y épocas, a la vez marcando el cambio de la estación del año). Así se regulaba la vida cotidiana del hombre. La segunda función muy importante que cumplía la fiesta era la reconciliación de la persona con la realidad (que a veces era poco agradable). Eso sucedía porque en los días festivos se alteraba la sensación habitual de la vida y se creaba una atmósfera especial de unanimidad, donde cada uno interpretaba su propio papel. Esta reconciliación, armonización con la realidad ayudaban a dominar las dificultades en el resto del año.

En español se han conservado algunas expresiones paremiológicas que demuestran estas funciones de las fiestas. Tal función de la fiesta, como la organización del tiempo, la confirman los siguientes proverbios:

No todos los días son fiestas

Не все дни праздники

No es cada día pascua ni vendimia

Не каждый день Пасха, ни пора сбора винограда

No es cada día Santa María

Не каждый день праздник в честь Святой Марии

El proverbio “ El día de ayuno, víspera es de disanto” («День поста, канун праздника») contiene una alusión a que las penalidades del ayuno van a compensarse seguidos por el festejo.

En lo que toca a las fiestas europeas, las formas carnavalescas ascienden a las fiestas paganas agrarias de la antigüedad. Luego estas fiestas paganas se fueron cristianizando y fueron incluidas en el calendario eclesiástico. A lo largo de los siglos las fiestas fueron obteniendo más y más sentidos simbólicos. Sin embargo, hasta hoy se puede observar su relación con las fiestas antiguas, principalmente en los ritos conservados y en las fechas de su celebración.

El carnaval medieval se origina en las fiestas Saturnales románicas y en el culto a Dioniso. Relacionadas con el calendario agrícola, estos festejos se celebraban al terminar los labores agrícolas, indicando el final del invierno y el inicio de la primavera. Como se creía que la risa y la alegría contribuían a la fecundidad, durante estos días se invertía todo. Inicialmente el culto a Dioniso era una forma de magia agraria, cuyo objetivo era aumentar la fecundidad de la tierra.

De este culto aparicieron las fiestas Saturnales, en las que se permitian varias libertades y que también contenían muchos ritos de profanación de los valores generales, de la igualación y hasta de la inversión de todas las relaciones jerárquicas. Por eso se llamaban también libertates decembricae, i.e. “libertades de diciembre”. El objetivo principal de las Saturnales era fortalecer, mediante el contraste, el régimen establecido en el estado.

En cuanto al carnaval, bajo este término suelen comprender tres días de fiestas precedentes al Miércoles de Ceniza, el inicio de la Cuaresma. Su celebración ha encarnado en sí la síntesis de todas las fiestas antiguas invernales, conservando muchos elementos y ritos propios de estas.

Así por ejemplo el antropólogo y lingüista español Julio Caro Baroja en su libro “El Carnaval” destaca los siguientes ritos romanos, que se conservan en las fiestas cristianas de carácter carnavalesco de la Edad Media (aquí se enumeran sólo los más importantes de ellos):

1) Inversión de las relaciones jerárquicas de la sociedad. Como se sabe, durante las Saturnales los esclavos se proclamaban libres y ocupaban los puestos de sus dueños.

2) Varios juegos y burlas.

3) Elección del rey del desfile y su siguiente muerte o destronamiento (eso asciente al culto a Dioniso, con su muerte y resurrección, el mismo destino lo tiene la figura de don Carnal, que cae en la lucha contra doña Cuaresma, personificación de la Cuaresma). Además eran muy populares las elecciones burlescas de la cabeza del desfile: obispillos, alcaldes etc. Generalmente para estos papeles se elegían niños o personas del lugar que eran consideradas tontas.

4) Mascaradas de hombres disfrazados de mujeres, animales etc.

5) Fabricación de muñecos y peleles, su colocación en las casas y su siguiente baqueteo y quema ritual.

Algunas burlas carnavalescas eran tan populares que entraron en el léxico español en calidad de expresiones fraseológicas.

Por ejemplo, una de las burlas típicas del carnaval era el manteamiento de perros y gatos por las calles de la ciudad. Se le ataba a la cola del animal algún objeto que hacía mucho ruido, por ejemplo, mazas, vejigas, botes, y así le persiguía la multitud. De aquí proviene la expresión “mantear a uno como perro por Carnestolendas”. Con esta tradición están relacionados tales dichos como “Sepan gatos qué es antruejо” y “Sepan los gatos que mañana es Antruejo.

Estas tradiciones rituales se mantienen a lo largo de la celebreación del carnaval y también en otras fiestas de carácter carnavalesco, tales como San Antón, San Nicolás y otras.

En lo que se refiere a la forma interna del lexema, el lexema carnaval viene a la lengua española del italiano en el sigo XIV debido a la extrema popularidad de las celebraciones carnavalescas de Italia y poco a poco desplazo del uso las palabras tradicionales españolas carnestolendas y antruejo.

La palabra italiana carnevale proviene del latín carnelevare, es decir, “quitar la carne”. Se puede hacer un paralelo semántico con el lexema español carnestolendas, formado mediante el mismo modelo (proviniendo de la unión de las palabras latinas carnem y tollere).

Esta es la explicación más popular y relevante del origen de la palabra, pero también existe la así llamada “etimología popular”, que relaciona carnaval con la expresión carne vale, es decir, “adiós carne”. Además, algunos científicos (entre ellos podemos destacar a José Ortega y Gasset) consideran que el lexema carnaval está relacionado con una nave y está derivada del latín carrus navalis (o “carro-nave”), pues en tales celebraciones siempre había un barco en las ruedas, en el que se protagonizaban las principales representaciones. Así lo describe José Ortega y Gasset: “Según el mito helénico, Dioniso llega recién nacido de Oriente en un navío sin marinería ni piloto. En la fiesta, este navío, con la figura del dios, era transportado por calles y campos en un carro, en medio de la muchedumbre… Еste carrus navalis es el origen de nuestro vocablo carnaval, fiesta en la que nos ponemos máscaras para que nuestra persona, nuestro yo desaparezca” (2, 79).

Otro lexema tradicional español, antruejo (entroido en esp. antiguo), proviene del latín introitus, participio del verbo introire, equivalente del moderno entrar – se trata de la entrada de la Cuaresma.

Y para terminar, hay que añadir que muchos científicos creen que desde el principio del siglo XX se puede hablar de la muerte del carnaval, pues poco a poco la fiesta fue perdiendo el contenido religioso y filosófico, convirtiéndose en puro rito. Aunque el carnaval continúa celebrándose por toda España, las celebraciones contemporáneas ya no tienen el mismo significado simbólico, conservando sólo su lado formal y ritual. Sin embargo, a nivel lingüístico las expresiónes fraseológicas relacionadas con el concepto carnaval aún siguen vigentes en el lenguaje, aunque muchos españoles ya no pueden comprender el significado de tales expresiones, ya que está perdida la tradición.

LITERATURA

1. Caro J. Baroja. El carnaval. Alianza Editorial, S. A., Madrid, 2006.

2. Ortega J. y Gasset. El hombre y la gente. Obras completas. Tomo 7. Revista de Occidente, Madrid, 1961.

3. Corominas J. Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico. Gredos, Madrid, 1983.

4. Refranero general ideológico español. Librería y casa editorial Hernando, S.A., Madrid, 1982.

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Mikheeva N.*

(Universidad MGIMO,Rusia)

Los medios de la descripción de la manifestación de la cólera
en el español


Описание внешнего проявления эмоции гнева
в испанском языке


En el artículo se analizan diversos medios destinados a describir la manifestación de la cólera en la lengua española, y en particular, las expresiones que denominan los síntomas de las emociones del campo semántico “cólera”. Se enumeran los órganos y las partes del cuerpo humano que participan en la manifestación de esta emoción. Se analizan también las imágenes de lengua y las metáforas que son la base de las expresiones sintomáticas.

La emoción es un medio de comunicar la información sobre el estado de una persona y se manifiesta de un modo particular, por ejemplo, en reacciones gesticulares y fónicas, mímica, en el cambio del color del rostro y el de la tensión arterial, etc. Unas reacciones pueden controlarse por el hombre (movimientos, mímica, posturas, respiración), por ejemplo, la huida producida por el miedo o la agresión provocada por la cólera. Otras reacciones fisiológicas: tensión arterial, palpitaciones, funcionamiento del estómago y otros órganos del cuerpo humano, así como el alza de las cejas a causa del asombro, el estrechamiento de los ojos producido por la cólera, la palidez que ha causado el miedo, el sudor de la confusión no se controlan voluntariamnete.

1. El concepto de la expresión sintomática.

Las expresiones sintomáticas sirven para describir la manifestación de emociones en la lengua y, por lo tanto, incluyen palabras y expresiones que designan síntomas corporales del estado de una persona o sea, el estado de su alma y la conciencia, por ejemplo, temblar de miedo, enrojecer de cólera, etc.

Las expresiones sintomáticas son muy variadas, abarcan los síntomas que se exteriorizan directamente (saltar de alegría) o los no exteriorizados (el corazón palpita de terror). En la manifestación de las emociones pueden participar órganos anatómicos reales (los ojos se agrandan de miedo) y los no materiales, imaginarios o algunas substancias del organismo humano (caérsele a uno el alma a los pies, agolpársele a uno la sangre en la cabeza).

De este modo la lengua posee dos tipos de las expresiones sintomáticas. El primero incluye las expresiones que describen las reacciones fisiologicas exteriorizadas. El segundo tipo comprende las expresiones metáforicas que reflejan la conceptualización de la emoción por el hablante (1, 459).

2. La manifestación de la cólera.

La cólera como la mayoría de las emociones guarda estecha relación con los instintos y, por lo tanto, en el estado de cólera el hombre enseña los dientes (aunque muchas personas, al contrario, aprietan los dientes y los labios tratando de atenuar o disfrazar la manifestación de la cólera), estrecha los ojos, dilata las fosas nasales, crispa los puños. Este estado lo caracterizan el aflujo de sangre y posturas amenazadoras. También son bastante frecuentes el grito, la gesticulación activa y expresiva, golpes, acciones agresivas, palabras ofensivas, insultos.

3. El léxico sintomático que describe la manifestación de la cólera en la lengua española.

En la lengua española la noción de la cólera abarca los lexemas siguientes: despecho, enfado, enojo, irritación, indignación, cólera, ira, furia, rabia, saña. Estas palabras forman parte de un grupo por designar un estado emocional activo-negativo (la irritación) que necesita su manifestación, alivio (2, 20).

En el español funciona una serie de expresiones en las que el localizador exterior es el rostro (cara, fisonomía). Para expresar la manifestación de la cólera en estas expresiones se usan a menudo los verbos que designan las acciones relacionadas con la representación de objetos o fenómenos (expresar, reflejar): En el rostro grave de Kirk no se reflejaba rabia por la incursión de Glynis (6, 90).

Su fisonomía expresaba ... la saña más terrible (7, 303).

En las frases que describen la manifestación de la cólera es muy propio el uso del componente léxico la expresión de: Markus se incorporó bruscamente y miró al médico desafiante, con una expresión de ira en su rostro (5, 73).

Otro localizador frecuente de la cólera son los ojos. En este caso se emplean a menudo los verbos, el significado de los cuales combina la idea de la luz y la del brillo (arder, brillar, relucir): La joven advirtió la maniobra ... y lo miró con ojos que ardían de furia (3, 83).

En sus hermosos ojos brilló un rayo de aquella cólera augusta que los poetas atribuyen a las diosas de la antigüedad (7, 93).

...sus ojos, bajo las gafas sin marco, relucían también, pero de furia (4, 32).

También es muy frecuente el uso del componente léxico que expresa la idea de la luz y el brillo, un resplandor de: Le aparecía en los ojos un resplandor de ira y en las esquinas de la boca una sonrisa desagradable (6, 359).

La voz humana también puede ser un localizador de la cólera: Su voz tenía resonancias de ira contenida (6, 220).

No le pago para que juegue conmigo como con uno de sus principiantes, don Jaime – su voz temblaba de ira mal contenida (7, 83).

La cólera puede producir otras reacciones que se manifiestan en la voz: cuando berreaba de miedo o de furia... (5,151).

Pack bramaba de ira y la sangre, agolpada en la carnaza encendida de su rostro, parecía querer brotar por cada poro (7, 264).

Si las expresiones sintomáticas no indican localizadores de la emoción, la cólera se manifiesta a través del aspecto o las acciones del sujeto de la emoción (que en muchos casos son de agresión): Me hirieron de nuevo, me encendí en ira más salvaje aún, y estreché a la bestia, apretándola contra el suelo con mis rodillas (7, 274).

Di un grito, agité los brazos, arrojé lejos de mí la hermosa figura que tenía delante, y prorrumpí en exclamaciones de ira (7, 284).

El síntoma objetivo de la cólera es la rubefacción que se refleja en tales expresiones sintomáticas españolas como enrojecer (estar rojo) de ira (indignación, cólera, furia): Encarna enrojeció de ira, pasando sin transición a una intensa palidez (5, 35).

¿Será posible que haya montado todo este teatro para nada? Estaba roja de indignación (4, 25).

La descripción de la manifestación de la cólera contiene a menudo todo un conjunto de síntomas del estado interior de una persona que experimenta dicha emoción. En este caso los síntomas más frecunetes de la manifestacón de la cólera son aflujo de sangre, fruncimiento de cejas, apretamiento de puños, posturas amenazadoras, gesticulación expresiva, grito: A la dama se le subió la sangre a la cabeza, la cara se le arrebató y los ojos, igual que en los cuentos de miedo, empezaron a echar chispas (3, 175).

El rostro de Santorcaz encendióse de repente con fuerte congestión; sus ojos despidieron rayos muy vivos, y, estirando los brazos, cerrando los puños y frunciendo el terrible ceño, gritó: –¡Yo...! Pedirle perdón... ¡Jamás (7, 235)!

En el español también funciona una serie de expresiones metafóricas que no reflejan los síntomas físicos sino la conceptualización de la cólera por el hablante. Por ejemplo, el aflujo de sangre se asocia con tales emociones como cólera, ira, rabia, y ellas se conceptualizan en la lengua mediante las expresiones sintomáticas con el componente sangre: subírsele a uno la sangre a la cabeza (mire el ejemplo ya citado), agolpársele a uno la sangre en la cabeza: La sangre se agolpaba en su cabeza. “Ya es suficiente”, se dijo (4, 25).

El análisis de los ejemplos comprueba que el español cuenta con los medios más variados para describir la manifestación de la cólera mediante las expresiones sintomáticas que reflejan síntomas de esta emoción. Algunas de las expresiones adquieren el carácter estable (expresar (reflejar) rabia (ira, saña); la expresión de rabia (furia, ira); arder de furia, un resplandor de ira; enrojecer (estar rojo) de ira (indignación, furia); subírsele a uno la sangre a la cabeza; agolpársele a uno la sangre en la cabeza), otras forman combinaciónes más libres.

Muchas expresiones sintomáticas disponen de localizadores de la cólera, entre los cuales los más frecuentes son el rostro y los ojos, porque estos son las partes del cuerpo humano más expresivas en cuanto a la manifestación de las emociones en general y la de la cólera en particular. Como la cólera necesita su manifestación, alivio, es natural que la voz sea un localizador más de esta emoción.

Las expresiones contienen tales síntomas físicos de la cólera o el conjunto de éstos, como el cambio del color del rostro (arrebatársele a uno la cara) o el de sus partes (fruncir el ceño), la rubefacción (enrojecer). La manifestación de la cólera se realiza en las acciones del sujeto de la emoción (agresivas, como regla) (apretar, arrojar, cerrar los puños). La agresión se manifiesta también en la voz (berrear, bramar, gritar, prorrumpir en exclamaciones).

Muchas expresiones sintomáticas reflejan la conceptualización de la cólera por el hablante. Por ejemplo, el reflejo de la emoción en el rostro humano (en el rostro se reflejaba rabia), el brillo de los ojos se manifiesta en las expresiones metafóricas con el significado del brillo y luz (los ojos relucen de furia). Este síntoma se describe a menudo mediante una métafora que transmite la idea de una substancia de fuego (los ojos empezaron a echar chispas, despidieron rayos vivos). El cambio del color del rostro también se conceptualiza en la lengua (encenderse el rostro), así como el aspecto de una persona en el estado de la cólera (encenderse en ira). Las expresiones metáforicas con el componente sangre reflejan los síntomas no exteriorizados de la cólera y también representan la conceptualización de la emoción.

Los ejemplos antes citados demuestran con evidencia que la cólera por ser una emoción fuerte negativa que es imposible controlar se compara a menudo con el fuego. Las reacciones del alma a la cólera son parecidas a las del cuerpo al calor o el fuego. La analogía de la cólera y el fuego se extiende a la metáfora. Estas analogías permiten explicar una serie de expresiones metáforicas y otras más.

La conceptualización de las emociones en la lengua se basa en el principio de la asimilación de lo que es imposible ver (las reacciones del alma) a lo que se puede ver (las reacciones del cuerpo). Estas a menudo ayudan a entender lo que pasa en el alma del hombre.

LITERATURA

1. Апресян В.Ю., Апресян Ю.Д. Метафора в семантическом представлении эмоций // Апресян Ю.Д. Избранные труды, том II. Интегральное описание языка и системная лексикография. – М.: Языки русской культуры, 1995.

2. Иорданская Л.Н. Попытка лексикографического толкования группы русских слов со значением чувства // Машинный перевод и прикладная лингвистика. Вып.13. – М.: МГПИИЯ, 1970.

3. Bequer, Gustavo Adolfo. Leyendas. – Moscú: Ráduga, 2002.

4. Bordallo Huidobro Eliezer. Una mujer en apuros. – Madrid: Coloquio Editorial, 1995.

5. Luca de Tena, Torcuato. ¡Mercedes, Mercedes! – Barcelona: Planeta, 1999.

6. Torrente Ballester, Gonzalo. Los gozos y las sombras. 3. La Pascua triste. – Madrid: Alianza Editorial, 1999.

7. Pérez Galdós, Benito. La Batalla de los Arapiles. – La Habana: Editorial de Artey Literatura, 1976.

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